Permiso para engordar los viernes

Al día siguiente recibí un mensaje de Carolina preguntándome cómo me había ido con Ivana. "Ya sabes, para qué te haces. ¿Qué te dijo?" le contesté y me puso el emoticon este D: no sé si crea que nací ayer, pero la dejé correr. "No me ha dicho nada" "¿En serio?" Era obvio que mentía, o de plano soy una mal pensada. "A lo mejor le dijo a Cris, pero no me ha contado nada" le marqué y le compartí el chisme. "Pues me invitó a salir" y le conté brevemente lo que había pasado, me llevó hasta el departamento. No hicimos nada de tiempo así que solo nos alcanzó para decir algo así como "que buen partido" quizás ella pensaba que me gusta hablar de deportes, yo le contestaba que sí, que había sido divertido, aunque le confesé que no me gustaba el futbol -para evitar que se enganchara con el tema y me invitara a otro-. En ese entonces llegamos.  Me preguntó dónde trabajaba si tenía que acostarme temprano. Yo le pregunté lo mismo. Tiene una cara lindísima, una amabilidad que te callas, y no puedo decirles más porque no la conozco. Yo, como ya sabía por dónde iba la onda, la escuchaba (un poco divertida, no lo voy a negar) porque le gustaba hacer tiempo. Me estaba enseñando unas canciones de su iphone. "Compartimos algunos gustos" le dije. Finalmente me invito a vernos otra vez y haciendo acopio a mis años de lolita (muy lejanos ya) con aquellas tácticas de seducción, sacadas de revista puber (ya oxidadas... las tácticas no las revistas) dí un saque de meta -aprendo rápido-. "Ponle fecha, ¿cuándo puedes?" noté algo lindo en su mirada. "¿Este fin?" "Sí, no tengo planes. Este fin" le dije. Nos despedimos hasta que vi como el coche avanzaba. 

Sé que, al punto peda, a principios de año me puse como meta sentimental encontrarme una novia rebelde, libertina y alocada, que no quisiera nada serio, una onda trash, sin problemas, que no piense en la maternidad, en el matrimonio y todas esas ñoñerías y convencionalismos de los que venía saliendo, en pocas palabras: mujeres tranquilas, ni por error! y véanme aquí coquetando de nueva cuenta con una que tiene todo el perfil, al menos la hora y media que estuvimos sentadas una cerca de la otra y los quince minutos de plática. Es acaso que lo mío, lo mío, son las tranquilas. No lo sé. Sospecho que sí. Carolina me dijo: "Ojalá y se caigan bien" fue su única aportación al tema. Esa noche cuando entré al departamento Román estaba con Ximena, le estaba ayudando a hacer la tarea. Que no me pidan ayuda, que no me pidan, pensé. No lo había contado en el blog pero encontré una forma de comunicarme con Ximena: un pizarron de imanes Princesas disney. Es grande y en él puede escribirme lo que quiera y borrarlo con facilidad mientras yo aprendo a hablarle con señas. La Whitney anda de desesperada por todo el departamento, cuando Ximena viene, se alborota como si quisiera seguir siendo el centro de atención. Aunque es muy cariñosa con la niña se nota que compite por el cariño de Román. ¡Qué curioso! Claro, la niña ni lo nota. Tampoco Ramira que ella, ya sabemos, se basta a sí misma... y a la tacita de comida que debe tener siempre llena y a los viernes. Los viernes es el día de menú especial, comida de lata. Un día para poder engordar. Bajo la recomendación de la hermana de Caro la veterinaria de cabecera. Cualquier parecido con las humanas es mera coincidencia. 

"¡Eh, pendeja! ¿Por qué ya no sabemos nada de tí? ¿Nos cambiaste por la futbolera esa?" me dijo Renata por teléfono antier. ¿Quién corrió el chisme? ¿Cómo se enteraron? Una pinche foto en twitter que se me ocurrió retuitear. Así. Fácil. La foto me parecía cómica, estaba yo, abrazada a Cris (¡!) de un lado y de otro con Caro y las amigas de Caro, salimos muy festivas, levantando los brazos en señal culera, con el amarillo incha del América. Caro había escrito "Partidazooooo" y así todos se enteraron que de pronto me gusta el equipo más odiado del país, y ahora era incha de las águilas. "¿Cuándo te voy a ver los cachetes todos pintorrajeados?" "Bueno, y ¿esa quién es? ¿tu nueva?" "Es mi vecina, guey" "¿Cogiendo con la vecina?"  me hubiera gusta decirle que conocí a alguien.  Pero ni siquiera yo quiero emocionarme. Hay una parte dentro de todo esto que aún siento inestable. No quiero nada serio pero yo no soy de las que está mucho tiempo sola. 

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